Isla Salas y Gómez
La pequeña y deshabitada isla Salas y Gómez o «Sala y Gómez» se encuentra a 415 km al noreste de Isla de Pascua o Rapa Nui y su nombre (Salas y Gómez) hace honor a dos marineros españoles: José Salas Valdés, quien la descubriera en 1793 y a José Manuel Gómez quien la exploró en 1805.
En idioma Rapanui su nombre es Motu Motiro Hiva, que quiere decir «islote del ave en el camino a Hiva», mítica tierra o isla, de la cual habrían provenido los ancestros de los nativos de la isla de Pascua.
La Isla es de origen volcánico y es la punta emergida de una cadena montañosa submarina de 3.500 metros de altura desde el fondo del océano. Está formada por dos rocas, de 30 y 26 m de altitud, unidas por un estrecho istmo, de una anchura media de 30 m, que en ocasiones queda inundado por el oleaje y la marea. El área total es de 2,5 km² y con una longitud máxima de 700 m.
Aunque en la isla no hay ninguna fuente de agua dulce, en una depresión se recoge agua de lluvia y el lugar es utilizado para la nidificación de pájaros. Además de varias especies de pájaros marinos, se encuentran muchos insectos.
Parque marino Salas y Gómez
Los fondos marinos del entorno de la Isla Salas y Gómez son reconocidos nacional e internacionalmente como uno de los últimos ambientes marinos del planeta que presentan escasa intervención del hombre.
Las islas de Chile Insular poseen alta influencia en la nidificación de aves marinas y otras migratorias. Se han identificado un total de 93 sitios de nidificación en Chile, correspondientes a 59 especies de aves marinas. De estas, 12 se han encontrado en Salas y Gómez.
Además, la isla se ha transformado en un reservorio de aves que en otras zonas se encuentran en peligro, como la Fardela de Pascua, la Golondrina de Mar de Garganta Blanca y el Ave del Trópico de Cola Roja.
En relación con la ictiofauna nacional, el Carcharhinus galapagensis es reconocido por pescadores de Isla de Pascua como una especie que encuentran sólo en Salas y Gómez y en forma muy abundante. Lo anterior ha sido confirmado por la organización de conservación marina Océana que realizío en marzo de 2010 una expedición a esta isla constatando la presencia y abundancia de tiburones de dicha especie.
Del mismo modo, tiburones del género Etmopterus (Squaliformes:Dalatiidae), conocidos comúnmente como “gatas” o “tiburones linterna”, tienen una distribución geográfica estrechamente relacionada con las cordilleras sumergidas. Por otro lado, entre las investigaciones sobre los invertebrados marinos recolectados se da cuenta de la presencia de los moluscos Nerita morio y Cypraea caputdraconis.
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), esta área es una posible zona reproductiva para las poblaciones de Ballena Azul que se alimentan en el verano en el Golfo de Corcovado.
Además, en los 23 montes submarinos muestreados de las cordilleras de Nazca y Salas y Gómez se han identificado 208 géneros y 226 especies de invertebrados bentónicos y bento-pelágicos y 131 géneros y 170 especies de peces.
Los trabajos científicos publicados con el material biológico obtenido en las expediciones describieron por primera vez cuatro géneros y 74 especies de invertebrados, y en el caso de peces, tres géneros y 76 especies. Entre los peces destacan los Caelorinchus immaculatus y Pterygotrigla picta. La mayor diversidad de este tipo de animales existe a profundidades entre 500 y 600 metros.
Las comunidades de invertebrados de fondo en las cimas de los montes submarinos se caracterizan por la fuerte dominancia de pocas especies. A profundidades menores a 400 metros predominan la Langosta enana y los erizos. A grandes profundidades son más abundantes las esponjas, los gorgónidos, estrellas de mar y camarones. El Jurel usualmente domina las comunidades de peces bento-pelágicas sobre los montes. Otras especies abundantes son Emmelichthys cyanescens, E. elongatus, Decapterus muroadsi, Zenopsis oblongus, Epigonus elegans y Pentaceros quinquespinis, todas las cuales forman la base de pesquerías comerciales.